Victoriano Huerta, al llegar al poder, se volvió un dictador que anuló la democracia y la libertad por medio de la fuerza militar. Huerta recibió el apoyo de los grandes hacendados, altos mandos militares, del clero y de casi todos los gobernadores, a excepción de José María Maytorena, gobernador de Sonora, y de Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila. La gestión huertista se propuso entonces dos metas: lograr la pacificación del país y lograr el reconocimiento internacional de su gobierno, especialmente por parte de los Estados Unidos.
Intentó conseguir el apoyo de orozquistas y zapatistas,concediendo amnistías generales y enviando
representantes.PascualOrozcopuso algunas condiciones que le fueron
otorgadas, como el empleo de guardias rurales para sus soldados, pago de
sueldos a costa del erario y pensiones a viudas y huérfanos, por lo que el 27
de febrero de 1913 Orozco hizo oficial su apoyo al gobierno.Zapata,por su
parte,rechazó tajantemente cualquier oferta,por lo que el movimiento
morelense continuó su lucha contra el gobierno de Huerta.
La Cámara de Diputados se opuso
al gobierno huertista e incluso la facción maderista fue sumamente crítica con
sus acciones.Belisario Domínguez,diputado chiapaneco, escribió un discurso en
el que condenaba la violencia desatada y acusó a Victoriano Huerta de asesino.
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